El sábado a la mañana, como todos los sábado fui cerca de las 11 de la mañana al gimnasio.
Me relaja empezar el día haciendo actividad física, pero ese día no iba a ser así. ¿Quien estaba en el gimnasio esperándome?:
Opción 1: La pantera rosa.
Opción 2: Piti Álvarez.
Opción 3: Silvio (el acosador).
No hace falta que les diga cual es la opción correcta, todos la sabemos,
Había cometido la estupidez de decirle al Silvio (el acosador) que me gustaba ir al gimnasio los sábados a la mañana.
Silvio a las 9 de la mañana estaba en el gimnasio que yo iba, lo se porque me dijo que Javier, el chico que trabaja en el gim, llego tarde, el reclamo fue que en el cartel decía sábados abierto: De 9:30 a 15 hs, que el había llegado 9 y 15 y que Javier había llegado recién a las 10 hs, se murió de frio 45 minutos en la puerta.
Esa mañana en el gimnasio tuve un personal trainer para mi sola, y gratis, Silvio ya había hecho su rutina así que le pareció buena idea ayudarme a mi.
Estaba haciendo cinta con la lengua afuera y Silvio (el acosador) me alentaba al lado, me conversaba y hasta se animo a subirme la velocidad dos puntos, hice brazos y lo tenia de ayudante alcanzándome y bajándome las pesas, hice estocada y Silvio me subía y bajaba la pesa y me corregía para que no flexione tanto las rodillas, mientras hice los abdominales Silvio me empujaba la espalda para que subiera un poco mas.
Termine de hacer mi rutina en un estado nervioso terrible, quería empezar a tirar mancuernas por la ventana y pegarle a alguien.
Cuando me iba Silvio (el acosador) se ofreció a acompañarme a mi casa, le dije que si., porque teníamos que hablar.
Yo y mi inocencia pensamos que si no le contestaba los chat y los mensajes y no le atendía el teléfono, solo se iba a dar cuenta que yo no tenia interés en el y de a poco se iba a ir alejando.
Pero me di cuenta que eso no iba a pasar, Silvio (el acosador), no se daba cuenta de nada.
Fuimos caminando las 4 cuadras hasta mi casa y le dije que yo no estaba con ganas de conocer a alguien, que se abriera, al principio empecé la charla sin ser muy especifica, tratando de ser lo mas dulce posible, para no lastimarlo, la típica charla que el me gustaba y que había hecho todo bien, pero que yo tenia ganas de estar sola, el típico “no sos vos soy yo”, pero Silvio (el acosador) era insistente, quería mas oportunidades, que le tenia que dar mas chances así lo conocía bien, que el estaba seguro que lo nuestro podía funcionar.
Se puso tan intenso que tuve que ir graduando mi nivel de dureza, hasta llegar al máximo, fui dura y le deje bien clarito, que no quería saber mas nada con el, que no me llamara ni me persiguiera mas.
Subí a mi casa aliviada, por fin había terminado con toda esa locura. Eso pensé, pero la sensación de alivio me duro muy poco.
Al otro día, domingo a la mañana, día que me gusta mucho dormir hasta tarde, me despiertan unos timbrazos, alguien que estaba abajo se había colgado de mi timbre, asustada voy hasta el portero, pregunto quien es, me contestan que vienen a entregar un regalo, no reconocí la voz, insisto ¿Quien es??, me contestan que es de un lugar de desayunos a domicilio.
Baje a las puteadas, de muy mala gana, en piyamas y con el pelo revuelto, en la entrada había una chica, con cara de yo no fui, con una bandeja, se la recibí, le pedí mil perdones, no había bajado ni una moneda para darle, subí a mi casa con una gran bandeja de mimbre en forma de corazón, con un desayuno al que no le faltaba nada, en mi casa le saque el papel celofán, prendida de una rosa había una tarjeta con la siguiente leyenda: “Espero que algún día podamos despertar y desayunar juntos”. Silvio.
Ahhh bueno mientras comía las medialunas y le ponía agua al te, me preguntaba que parte de mi charla no había entendido Silvio (el acosador).
Decidí que no lo iba a llamar para agradecerle, así quedara como mal educada, yo todo lo que le tenia que decir ya se lo había dicho ayer, esto era una manipulación. Que estaba esperando el, con este gesto, ¿Una llamada mía??, ¿Otra oportunidad???
Parece que comí el desayuno con rabia contenida, porque me cayo como una bomba al estomago.
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