Llegue a casa y me saque la pintura, me puse un jogging viejo y feo pero que amo y me prepare una merienda, me quería quedar un rato tranquila en casa, tal vez dormir media hora, anoche me había acostado tarde y tenia un poco de sueño, me tenia que reponer a la noche iba con amigas a ver una obra de teatro.
Timbre en mi casa. Rarísimo no esperaba a nadie.
Atiendo por el portero.
Yo: Hola, si quien es???
Silvio (el acosador): Le vengo a entregar un regalo jaja.
Yo: Quien es???
Silvio (el acosador): Soy yo Silvio, pase por acá y te quería dejar un regalito, mira como te estoy malcriando jaja.
Yo: Hay Silvio no puedo bajar ahora me estaba por bañar.
Silvio (el acosador): Dale baja es un minuto, no importa como estés.
Yo: No me lo podes dar después??? Estoy impresentable.
Silvio (el acosador): No señorita tiene que ser ahora, jaja , dale baja no me voy hasta que no bajes.
Yo: Viniste en el peor momento.
Silvio (el acosador): Mira acá esta entrando un vecino tuyo, queres que me habrá y subo??
Yo: Noooo, espera que ya bajo.
Baje como estaba, atrás del vidrio de la entrada estaba Silvio con su mejor sonrisa una rosa roja envuelta en celofán y un chocolate enorme. (le faltaba el peluche solamente).
Lo hice entrar al palier, a ver si encima nos robaban.
Me dijo que estaba muy linda con ese jogging que a mi cualquier cosa me quedaba bien, me dio los regalos, abrí el chocolate y ahí mismo y lo empecé a comer, juro que lo necesitaba, a ver si se me pasaba la amargura que tenía, le explique que estaba sin tiempo, que en una hora me juntaba con amigas para ir al teatro, se ofreció a esperarme a que me bañara y me llevaba, le dije que no, y no se como hice ni que le dije pero logre que se fuera.
Durante toda la obra de teatro sentí el vibrador del teléfono con mensajes de Silvio (el acosador) que entraban, apague el teléfono, y a los mensajes nunca los leí.
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